Por un envejecimiento digno y de calidad

Fecha: 30 Sep 2022

El 1 de octubre conmemoramos el Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha muy significativa y de vital importancia para la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT de Navarra, ya que nos permite poner el foco en la situación y las necesidades de nuestro colectivo.

Todos somos conscientes de que venimos de unos años especialmente complicados para las personas mayores que hemos tenido que hacer frente a una larga pandemia que nos ha abocado a la soledad en los momentos más duros del confinamiento, al deterioro de nuestras condiciones de vida e incluso a lamentar un elevado número de muertes de familiares y conocidos. Pero los problemas a los que tenemos que enfrentarnos en la actualidad el colectivo de personas mayores no son únicamente consecuencia de la crisis sanitaria, sino que arrastramos una serie de desafíos que debemos acometer sin demora.

Reducir las desigualdades, luchar contra la pobreza, ofrecer una seguridad económica en un momento tan delicado como el actual y blindar nuestros servicios públicos deben ser objetivos irrenunciables de las administraciones para proteger al colectivo de personas mayores.

No podemos pasar por alto que, según los datos del Instituto de Estadística de Navarra, la Comunidad Foral cuenta con 131.941 personas mayores de 65 años, que representan el 19,94% de la población, y que es una obligación de nuestros dirigentes garantizarnos un envejecimiento digno y con derechos, asegurándonos una calidad de vida óptima.

Para ello, es fundamental avanzar hacia un sistema de autonomía y atención a la dependencia que proteja de manera efectiva a las personas que se encuentran en dicha situación y reducir los tiempos de resolución de los expedientes. No podemos permitir que cada año en España haya miles de personas que pierdan la vida mientras se encuentran en las listas de espera de la dependencia.

Como tampoco podemos permanecer impasibles ante la necesidad de cambiar el actual modelo de residencias para garantizar el bienestar de sus usuarios y la calidad del servicio desterrando prácticas y sistemas basados más en los beneficios económicos y el negocio que en la atención y bienestar de las personas residentes. Para ello, es imprescindible poner a la persona en el centro de los cuidados, mejorando a su vez las condiciones laborales y salariales de las personas que trabajan y se ocupan de ellas en las residencias. Indudablemente, estas trabajadoras y estos trabajadores se merecen poder disfrutar de unas condiciones laborales justas.

Igualmente, hay que seguir reforzando la atención domiciliaria de las personas dependientes, así como potenciar el impulso de los centros de atención diurnos y nocturnos, de modo que seamos capaces de crear condiciones de vida y entornos que amplíen el bienestar de las personas mayores y propicien que podamos adoptar modelos de vida saludables.

Un reciente estudio presentado por el Gobierno foral concluía que cuatro de cada cinco personas mayores de 80 años residentes en Navarra prefieren vivir en el hogar en caso de necesitar ayuda para sus actividades diarias. Y tampoco podemos olvidar que el porcentaje de personas que siente soledad va en aumento. Por ello, es fundamental promover el intercambio intergeneracional y ofrecer servicios y recursos presenciales para orientar y acompañar a estas personas.

Pero todo esto necesita de una apuesta económica decidida para mejorar la situación de nuestros mayores y afianzar un sistema público de pensiones robusto. En este sentido, se ha dado un gran paso adelante con la última reforma de las pensiones con la que se ha logrado la revaloración de las mismas conforme al IPC y la derogación del factor de sostenibilidad, pero hay que seguir avanzando y adoptando medidas para no empobrecer a este colectivo que, como el resto de la población, tiene que enfrentarse en estos momentos a unos precios desorbitados que les dificulta el poder llegar a final de mes.

Como queda reflejado en estas líneas, son muchos y variados los retos pendientes en beneficio de las personas mayores a las que no podemos dejar atrás, ni en el olvido. Ellos y ellas constituyen una pieza clave en nuestra sociedad y  todos los esfuerzos serán pocos para garantizarles un envejecimiento de calidad.

 

Melchor Calleja

Secretario general de la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT de Navarra