El sindicato argumenta que estamos en una situación extraordinaria, en pleno Estado de Alarma, que nadie sabe realmente cómo va a evolucionar, y que lo más razonable es posponer la convocatoria.
Incluso si se levantase el confinamiento el 11 de abril y el Departamento decidiera seguir adelante con la convocatoria, nadie puede garantizar que no se produzca algún rebrote que obligue a cambiar los planes. Por tanto, no existe ninguna garantía de que las OPE se puedan realizar el próximo mes de junio, sin asumir unos riesgos, que para la UGT hay que evitar a toda costa.
Se da además la circunstancia que la mayor parte de las Comunidades Autónomas, excepto Madrid, País Vasco, Cataluña, Galicia, Castilla y León y Baleares, se están planteando posponer las oposiciones a 2021, guardando el número de plazas de este año e incrementándolas con las correspondientes al año que viene, posición que comparte y apoya la UGT.
En este escenario, si Navarra mantiene la convocatoria provocará un enorme efecto llamada, totalmente injusto para nuestros opositores.
Por todo ello, la UGT exige a todas las Administraciones educativas, que coordinen sus decisiones, que prioricen la seguridad sanitaria de todas las personas implicadas las oposiciones, que aseguren que todos los procesos previos a las pruebas estén correctamente realizados, y que adopten las decisiones por consenso y de forma unánime.
Finalmente, el sector de Enseñanza de la UGT manifiesta su solidaridad con todos los trabajadores y trabajadoras que están dando la batalla a esta pandemia en primera línea, especialmente el personal sanitario, con la confianza en que se pueda superar cuanto antes esta situación, que tantas vidas está costando y tanto sufrimiento está generando.