La UGT denuncia que el control de la inflación la están soportando exclusivamente los trabajadores, ya que mientras los salarios han caído un 3,6%, de acuerdo con los datos del tercer trimestre, los beneficios empresariales se han incrementado un 1,8%, lo que constituye un flagrante incumplimiento del pacto de moderación de rentas alcanzado entre la patronal y los sindicatos.
El sindicato considera necesario y urgente un cambio de orientación en la política económica, que no siga erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores y los pensionistas a base de salariales y sociales, y que estimule el consumo, la actividad productiva y el empleo, ya que la realidad cotidiana y las estadísticas oficiales desmienten el discurso propagandístico del Gobierno sobre la salida de la crisis.