En este momento, las rentas de las familias, que siguen caracterizadas por una pérdida de poder adquisitivo en los últimos años, no son suficientes para hacer frente a la reactivación del consumo y les obligan a utilizar los pocos ahorros que aún les quedan después de años de profunda crisis económica.
Esta es la consecuencia de las continuas políticas de derechas del Gobierno del Partido Popular, que recaen siempre en el bolsillo de los trabajadores y sus familias.
Por tanto, el sindicato reivindica, una vez más, un cambio radical en la política económica y laboral, que pase por la mejora del poder adquisitivo de los salarios, a través de la Negociación Colectiva, la generación de empleo de calidad y la recuperación de derechos laborales perdidos porque sólo la dinamización del consumo y la inversión, y una política centrada en las personas y el empleo nos llevará al final de la crisis.