A esto hay que añadir que más de 40.000 profesionales del sector de la Enseñanza que perdieron su puesto de trabajo el curso pasado -muchos de ellos como consecuencia de haber roto las Administraciones educativas los acuerdos sindicales que garantizaban el salario de verano con cinco meses y medio trabajados- no van a encontrar empleo en este inicio de curso.
Además, un porcentaje elevado de profesorado interino que venía desarrollando horario completo en su jornada laboral va a verse perjudicado al precarizar las Administraciones educativas el trabajo docente: jornadas incompletas, contratos por horas, itinerancias... Las propuestas educativas están socavando la igualdad de oportunidades, al encarecer los servicios complementarios, los servicios de comedor y la disminución de las becas y ayudas para el estudio, destinadas a las familias económicamente más desfavorecidas.
En este campo la Federación de la Enseñanza de la UGT (FETE-UGT) resalta la merma de 200 millones de euros de las becas universitarias, así como el endurecimiento para acceder a ellas y el incremento de tasas de matriculación, aspectos que impiden a muchas familias que sus hijos puedan seguir estudios universitarios.
El sindicato considera que el profesorado inicia este curso con grandes dosis de incertidumbre y bajo la amenaza de seguir perdiendo poder adquisitivo en sus salarios, la inseguridad por el mantenimiento de la jubilación voluntaria anticipada y por el inicio de las negociaciones del Estatuto Docente. Todos estos asuntos están condicionados a los Presupuestos Generales del Estado, y si estos sufren una nueva disminución, las condiciones laborales de los docentes se verán una vez más deterioradas.
Por todo ello, la FETE-UGT llama al sector educativo a movilizarse contra la política de recortes que viene sufriendo la educación y contra la LOMCE como expresión de un modelo educativo que supone un retroceso en las conquistas sociales.